agosto 7, 2025

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El gobierno de la 4T… ¿EN QUIEBRA?

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A mi entrañable y talentoso amigo Félix Malpica Valverde, con respeto y cariño.

Poco se sabe. El analista político Ramón Alberto Garza García reveló hace unos días que el gobierno de la 4T atraviesa por una crisis financiera que no tiene comparación con eventos pasados.

En reciente investigación difundida en el sitio CÓDIGO MAGENTA, el comunicador asegura que múltiples trabajadores del gobierno federal no han recibido su salario en hasta ocho meses, señal clara de una quiebra operativa del aparato estatal.

Este sorpresivo señalamiento, aunque alarmante, se inscribe dentro de una narrativa creciente: la pomposamente llamada Cuarta Transformación habría hipotecado la estabilidad económica del país para financiar tres grandes obras faraónicas: el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas, junto con una expansión sin precedentes de programas sociales. Todo, bajo el argumento de “justicia social” y “soberanía nacional”.

Sin embargo, la realidad parece desmentir el discurso oficial.

El AIFA opera muy por debajo de su capacidad; el Tren Maya ha sido objeto de múltiples denuncias por daño ambiental, sobrecostos y cambios de ruta; y Dos Bocas, que pretendía devolver al país la autosuficiencia energética, superó el doble del presupuesto inicial y la refinación está en tela de juicio por la incertidumbre a su veracidad.

A esto se suma la presión fiscal que representan los programas del bienestar. Aunque han significado un alivio temporal para millones de mexicanos, su diseño ha sido cuestionado por carecer de mecanismos de trasparencia, evaluación de impacto o estímulo al empleo formal.

En otras palabras, se gasta, pero no se construye una base productiva.

El modelo de “austeridad republicana”, lejos de fortalecer las finanzas públicas, sacudió el panorama político del partido en el poder.

Figuras clave de la 4T fueron exhibidos vacacionando en lugares de Europa y Asia, en una flagrante contradicción con sus principios básicos y su esencia ideológica.

Con recortes sistemáticos, eliminación de fideicomisos y centralización del poder en Palacio Nacional, el estado mexicano enfrenta hoy serias dificultades para operar: falta de medicamentos, deterioro en la infraestructura pública, rezago en servicios esenciales y ahora, presuntamente, impago a sus propios trabajadores.

La Cuarta Transformación llegó con la promesa de acabar con la corrupción y poner primero a los más necesitados.

Pero los indicadores muestran otro rostro: crecimiento estancado, inversión en caída, fuga de capitales, incertidumbre jurídica y, ahora, una advertencia seria sobre solvencia financiera.

Si las declaraciones de Garza García se corroboran, no estamos simplemente ante un problema de liquidez.

Se trataría de la expresión más cruda del fracaso de un modelo económico basado en decisiones unipersonales, desdén por los técnicos y desprecio por los contrapesos institucionales.

Mientras la 4T se empecina en su narrativa de transformación histórica, la realidad amenaza con imponer su propio veredicto: el de una administración que, por privilegiar símbolos y lealtades, estaría dejando tras de sí un estado endeudado, debilitado y al borde del colapso administrativo.

Ahhh, pero cómo pregonan…

¡No somos iguales!

Imagen de portada: Crisis inevitable https://www.elviejotopo.com/

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