El divorcio anunciado entre el PT y Morena en Veracruz

Dicen que en política no hay amistades eternas, solo intereses momentáneos. Y el caso del Partido del Trabajo (PT) y Morena en Veracruz parece confirmar esta máxima con tintes de telenovela electoral. Lo que antes fue un romance pragmático de conveniencia política, hoy muestra grietas, reproches públicos y hasta veladas acusaciones de infidelidad… democrática.

Vicente Aguilar Aguilar, coordinador de la Comisión Ejecutiva Estatal del PT, apareció esta semana como el expareja dolida: con tono prudente, pero firme, denunció que en municipios como Catemaco, Alto Lucero y Actopan se estarían usando fertilizantes —sí, fertilizantes— como moneda de cambio electoral. Y aunque no señaló directamente a Morena, cuando se le preguntó si eran ellos los responsables, su “quiero pensar que sí” sonó más a un “todos lo sabemos, pero no lo puedo decir… todavía”.

El escándalo no es solo por la presunta entrega de apoyos en pleno proceso electoral. Lo que realmente llama la atención es el momento y el tono. El PT, tradicional aliado de Morena en múltiples batallas electorales, está marcando distancia.

Este “divorcio” no solo exhibe de lleno el rompimiento entre los miembros de la otrora alianza oficialista, también revela algo más profundo: los partidos pequeños, como el PT, están buscando sobrevivir políticamente en un contexto donde Morena se ha convertido en un socio dominante… e incómodo. Y cuando en una relación uno crece demasiado y el otro siente que ya no lo toman en cuenta, comienzan los reclamos.

Eso sí, el PT todavía se muestra mesurado. Asegura que “platicarán” con su área jurídica antes de proceder con denuncias formales. Como quien dice: primero vamos a terapia de pareja, y si no funciona, veremos si pedimos el divorcio con separación de bienes políticos incluida.

Y mientras tanto, la ciudadanía, como siempre, observa desde las gradas cómo se derrumban alianzas que en campaña se vendieron como fraternidades indestructibles. En política, el amor no siempre es eterno. A veces, ni siquiera dura una elección.

¿Morena y PT volverán a darse otra oportunidad? Tal vez. Pero por ahora, todo indica que en Veracruz… se acabó el amor.